En esta blog se publican obras del artista argentino Sebastián Zaiper Barrasa. Cuentos, microrrelatos, poemas, reflexiones, videos, shows de poesía, narración oral y clown.

Sin otro particular

Entrar a tu casa después de un arduo día de trabajo y encontrarte sentado muy cómodo en el sillón viendo la tele, es algo extraño. Lo es, principalmente, porque te acostaste a media noche, y el despertador sonó demasiado temprano y fuerte, y saliste apurado, con una tostada aún sin bajar de la garganta. Es extraño y molesto porque viajaste con la espalda pegoteada al saco y los zapatos pisoteados y luego, estuviste nueve horas y media de si señor no señor pues entonces quién lo tiene, y reuniones y papeles y muchas tazas oscuras de café. Y porque regresaste después de caminar ocho cuadras esquivando peatones, y nada de esto fue suficiente para desprenderte del humo, de los tacos, de los maletines y las murmuraciones.

Entonces, llegar a tu casa y tocar el timbre y que nadie te abra la puerta es algo molesto y angustiante. Y cuando al fin encontrás las llaves y abrís la puerta y te ves sentado, inmutable, con la tele encendida y el control remoto en la mano, te convencés de que algo está realmente mal. Es irritante, molesto, angustiante y definitivamente absurdo, porque el departamento no es tan grande, y no te hubiese costado nada levantar el culo del sillón para no dejarte tanto tiempo esperando debajo de la lluvia.

Por eso, la próxima vez, no vas a mostrar interés alguno por lo que estés haciendo. Te dejarás ahí, sentado en el sillón frente a la tele. Tirarás la llave por el inodoro, abrirás la puerta sin dar explicaciones y, sin siquiera saludarte, cerrarás con un portazo y jurarás abandonarte para siempre.

8 comentarios:

Taller Literario Kapasulino dijo...

Muy buen texto... me gusto mucho!

Lola dijo...

Como siempre, de lo mejor...

¿hay acaso fórmulas para escribir?

**VaNe** dijo...

Hoy lunes, vengo de tener una mañana de furia, que de seguro nadie que me conozca podría atribuirme; bancos, cheques rebotados, cobros por trabajos atrasados, burocracias telefónicas, musiquitas, sonrisas de empleados… cualquiera entenderá de qué hablo.
Y, con ganas de querer dejar ya en el pasado ese estadio de furia que me es tan ajeno y que tanto me desestabiliza, me preparo un mate y me siento en mi compu a disfrutar de un poco de poesía.
Y leo tu texto…
Una vez más: clap, clap, clap!
(no des ideas)

Vanesa (que no es ana que no es valeria que no es vanina que no es viviana)

Anónimo dijo...

Yo si soy Ana, y a mi tambien me gustó MUCHO el texto. Aunque no entiendo porque los artistas siempre se la agarran con la pobre vida de los que van a la oficina diariamente, como corresponde. ;)

Anónimo dijo...

Creo que los artistas se la agarran con los oficinistas porque los consideran estereotipos de las mentes grises y opacas.
Se ha visto mucho en la literatura.Acordemonos de Gregorio Samsa de Kafka, Wili Loman, de Arthur Miller y otros...
Me gusto mucho el texto, Zaiper. Hace sentir la desazon, la impotencia y frustracion-resignacion.
Saluditos.
Bea

Anónimo dijo...

¡La pifie con W. Loman (la muerte de un viajante)!
Igual esta la cosa gris y opaca. Hare memoria a ver si me acuerdo de otros personajes oficinistas en la literatura.
Bea

Unknown dijo...

Después de un arduo día de trabajo es pesado bancarse a uno mismo. Sobre todo cuando éste goza de cierta autonomía que dan ganas de tirarlo a él por el hinodoro.
Sin otro particular me despido diciéndole un Excelente! Y un abrazo y un hasta luego.

Natalia dijo...

Por Diosssssss, qué profesor me consegui!!!
Y encima escribe así.

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